jueves, 10 de abril de 2008

Seasonal Affective Disorder (Trastorno Afectivo Estacional)


(Reproducción fiel de las palabras de una estudiante a la que, por respeto, mantendremos en el anonimato):


- Es que estoy hasta las narices de este clima, ¿sabes, Nacho? No para de llover, pero eso no es nada: hace poco he consultado en Internet y resulta que este fin de semana se anuncian más nevadas. ¡Más nevadas! ¡En pleno mes de abril! ¿Qué será lo próximo? ¿Heladas en mayo? ¿Es que vamos a hacer guerras de bolas de nieve en junio? ¿Y el verano, cuándo llegará? ¿En octubre? Esto es de locos. De donde yo vengo, Las Vegas, es que no sabemos ni lo que es la nieve, el frío y ni siquiera la lluvia. No es que tengamos problemas de agua, aunque últimamente se la llevan toda de nuestro lago los de California, qué ladrones son. Pero en cualquier caso, yo creo que todos los habitantes de Chicago están locos. Porque, vamos a ver, ¿quién diablos querría vivir aquí, con nueve meses de mal tiempo y tres de calor asfixiante? Mira, después de haberme gastado cincuenta dólares en la peluquería ayer mismo, he salido esta mañana y en cinco minutos tenía el pelo empapado, revuelto y hecho un asco. Y casi me pongo a llorar, honestamente. Porque es de locos, este sitio es un maldito sanatorio mental con la calefacción estropeada, goteras y con corrientes, pero a lo bestia. Es realmente frustrante. Y lo peor de todo es que tengo que pasar aquí por lo menos otros tres años, cocida de calor en verano con la dichosa humedad y tiritando durante nueve putos meses, y no es justo. No entiendo cómo demonios se les ocurrió construir una ciudad precisamente en este lugar. ¿Por qué? Pues yo sé la respuesta y te la voy a decir: porque estaban locos. Dijeron: “ey, vamos a buscar el sitio con más frío, nieve y viento de todo Estados Unidos, y construiremos una ciudad ahí. Y con las calles bien anchas, para que corra el aire”. Vale que los más locos se fueron a Canadá, pero los de aquí no les iban a la zaga. Y claro, nadie cuestionó en ningún momento si aquello era una buena idea o no, porque estaban todos como cabras. Los dos años antes de venir aquí los he pasado escuchando las maravillas de esta ciudad, y la verdad es que no termino de verlas por ningún lado: ¿los deportes? Menudo coñazo. Sólo soy capaz de ver un partido de baloncesto borracha. Aunque en el fondo da igual, porque de un modo u otro acabaré dormida. ¿La comida? Aparte de las pizzas al estilo Chicago, que están para morirse, el resto es de lo más normal del mundo. Burritos ya tenemos en Las Vegas, pero diez veces mejores, y el resto es igual que allí. ¿Los rascacielos? Nada que ver con Las Vegas. ¿Los teatros? Por favor, si en Las Vegas está todo mucho mejor montado: que hemos tenido a Celine Dion cantando meses enteros. ¡Meses! En serio, aparte de un montón de muertes y robos por metro cuadrado, ¿qué tiene esta puñetera ciudad? Pues yo te diré lo que tiene, Nacho: nieve. Tiene nieve, blanca y jodida nieve por todas partes. Y no se va, porque una puede pensar que llega la primavera y se funde, pero aquí no se funde. ¿Y por qué no? Yo te diré por qué no: porque no hay primavera, porque simplemente no existe: llevamos desde finales de octubre con este clima de mierda que está empezando a sacarme de mis casillas. Necesito sol, leñes. He pasado una semana en casa de mis padres y me sentía en plena forma, viva, con energía. Tres días aquí y estoy deprimida, con la permanente destrozada y con el ánimo por los suelos. Yo necesito levantarme y tener algún estímulo, aparte del café. Necesito ver el sol, el cielo azul, algo que me anime a salir de casa con la sonrisa puesta. Pero aquí me levanto, y ¿qué es lo único que veo, eh?

- Nieve.

- Exacto. Blanca y jodida nieve.

1 comentario:

Laura Navas M dijo...

Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaa jajaja. Buenísimo; que razón tiene yo también me deprimiría un poco sin sol, aunque si tengo elegir siempre he preferido la lluvia, me parece un fenómeno tan natural y perfecto que, al contrario de lo que les sucede a muchas personas, me alegra el día.
Espero que estés bien por el mundo del hielo, y a esa estudiante dile que la alegría y la depresión las controlamos nosotros, todo depende de la perspectiva con la que observemos el mundo.
Un abrazo =)