martes, 13 de mayo de 2008

La ira de Zeus.


Restalla en la noche el rey de los cielos
y desata rayo a rayo su furia,
agotado el catálogo de injurias
con que antes inició nuestros desvelos.

Sólo un brillo es ajeno a la tormenta,
una luz que alza el vuelo en medio hostil
y que avanza amparada en el marfil
de las alas del recuerdo que ostenta.

Viaja más allá del tiempo y espacio,
allí donde la vigilia y los sueños
cohabitan en el mismo palacio.

Sólo entonces descansa, ante unos dueños
cuyos ojos se cruzan en prefacio
de ese amor que es heroico ante los truenos.

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