domingo, 6 de enero de 2008

Cinefórum (5)


Si en el cine contemporáneo existe un director que reúna los adjetivos “estrambótico, sorprendente, inquietante e imaginativo” en una sola persona ése es, sin lugar a dudas, Tim Burton. Películas como “Beetlejuice”, “Eduardo Manostijeras”, “Ed Wood”, “Pesadilla antes de Navidad”, “Sleepy Hollow”, “Big Fish” y “La novia cadáver” le han otorgado la categoría de “director de culto” entre aficionados de todo el planeta.

En esas obras el director nos sumerge en un universo absolutamente distinto a todo lo visto con anterioridad. Sus personajes, lejos de los arquetipos clásicos de Hollywood, son curiosamente tan deformes por fuera como reconocibles por dentro para cualquiera que tenga una pizca de humanidad corriendo por sus venas. Esos seres aislados, solitarios, tímidos y confundidos por un mundo que no terminan de entender despiertan más emociones en el espectador que cualquier Brad Pitt de turno luciendo musculatura ante el delirio de las quinceañeras.

Las cintas que antes mencioné son las mejores de Burton porque son las más personales, aquellas donde el autor tuvo más libertad a la hora de escribir, dirigir y editar. Las otras, las más comercialotas como los “Batman” (1 & 2), “Mars Attacks!”, “El planeta de los simios” y “Charlie y la fábrica de chocolate”, aunque son dignas películas, no terminan de encajar del mismo modo, como si hubiera otras manos, otros intereses que desvirtúan las buenas intenciones de un director obsesionado con la perfección.

Pues bien, ayer tuve la oportunidad de ver su última película, “Sweeney Todd: el barbero endemoniado de la calle Fleet”, y lo cierto es que me llevé un chasco de los buenos. Y esto se debe a que, pese a que por su naturaleza pertenece al primer grupo de películas, ya que Burton ha tenido el control total de la cinta, lo cierto es que el resultado final está muy, muy por debajo de la calidad mostrada por cualquiera de las del segundo grupo.

Pero dejémonos de grupos y vayamos con la película. La historia cuenta las desventuras de un barbero traicionado por un lujurioso juez, que ansiaba quedarse con su esposa. Exiliado, el personaje que interpreta un Johnny Deep algo sosete, regresa a Londres con la firme intención de rebanar gargantas cuchilla en mano, y no descansará hasta cumplir su cometido.

Basada en el musical del mismo título, "Sweeney Todd" goza de un diseño gótico y misterioso, como era de esperar, y el trabajo de fotografía es especialmente sobresaliente. Algunos actores están correctos en sus papeles (Helena Bonham Carter me parece un fiasco, digan lo que digan los críticos), y está salpicada con toques de humor negro, como no podía ser de otra forma.

Sin embargo, y esto es lo que no logro concebir por más vueltas que le doy, es que en el apartado musical la película naufraga de forma estrepitosa. Suponiendo que los actores fueran buenos cantantes, (que es algo dudoso, cuando menos), lo que no se entiende es que las letras de las canciones, que ocupan prácticamente todo el metraje -apenas hay diálogos-, sean tan rematadamente malas, ripiosas, infantiles y repetitivas.

Y es que los temas principales de la película (el de la venganza de Todd, el de los amores de los jovencitos, etc…), que tampoco son musicalmente nada del otro mundo, se repiten encima hasta la saciedad, agotando a un espectador cansado ya de ver litros y litros de sangre (bastante chapucera, por cierto) que mana de las gargantas de unos pobres clientes que, en el colmo del absurdo, nada tienen que ver con la tan manida venganza.

Ni siquiera la gratificante presencia de Sacha Baron Cohen, el actor de “Borat” en un cameo divertidísimo, logra combatir los bostezos del personal que provoca Sweeney Todd, a la que un recorte de media hora de metraje (y unas tres docenas de canciones menos) le habrían venido fenomenal. Y no vale decir que Burton no sabe hacer musicales: “Pesadilla antes de Navidad” y “La novia cadáver” son excelentes muestras de lo que “Sweeney Todd” podía haber sido y no es.

Total, una verdadera lástima. Para algo que prometía en esta aburridísima cartelera invernal...

2 comentarios:

Unknown dijo...

hola Nacho: Son las 5 de la mañana y desvelada y con unas cuantas confusiones existenciales me puse a recorrer los blogs con"siguiente".. "siguiente" y me quede leyendo el tuyo y por primera vez inserto un comentario en un blog y transmito las inquietudes:
Solo dos preguntas:
Das clases de que? ( te referis a tus alumnos)
Que edad tenes? Tu sobrenombre es casi adolescente, tus palabras denotan a una persona pensante,independiente y con algunos años vividos.. ( vale no contestarla..
Saludos ... lo mas lindo de la noche leer lo que has escrito.
Paula,, Mar del Plata, Argentina

Ignacio dijo...

Hola, Paula:

Muchas gracias por tu comentario. Es de esos que animan a seguir escribiendo. Sobre las respuestas, doy clases de español en la Universidad de Chicago. Y la edad es más sencilla: acabo de rebasar el cuarto de siglo.

Un abazo, y espero que las confusiones existenciales se vayan resolviendo.

Nacho (por cierto, que en España es común esto del sobrenombre para cualquier edad; el nombre real es Ignacio.)