domingo, 18 de noviembre de 2007

La (des)memoria de los héroes




Un joven norteamericano de 17 años acaba de dar a conocer una noticia escalofriante: durante varios meses, fue asesorado por oficiales de una de las oficinas de reclutamiento del ejército, para falsear documentos y burlar pruebas toxicológicas que le permitieran, de forma ilegal, entrar a formar parte de la división de infantería de los EE.UU.

Nada más salir a la luz el escándalo, los oficiales al mando aseguraron que se realizaría una investigación para depurar responsabilidades. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. El joven grabó cintas de todas las conversaciones para un artículo sobre la miseria del sentimiento pro-militarista estadounidense, cintas que han sido difundidas ya en todas las emisoras de radio y televisión del país.

Mientras este debate se perpetúa de forma inútil en los medios de comunicación, las propias cadenas reemiten incesantemente series de televisión como Band of Brothers o películas como Salvar al soldado Ryan, Banderas de nuestros padres o un documental que ahora mismo arrasa, The War, todas ellas de corte claramente pro-militar. Los videojuegos de la serie Medal Of Honor o Call of Duty anuncian nuevas entregas para las consolas de moda, con unos gráficos tan realistas que uno tiene la sensación de mancharse con la sangre nazi mientras se arrastra por el barro de Arnhem. Y al mismo tiempo, los telediarios abren día tras día con la falta de escrúpulos de una organización que se aprovecha de la inocencia o amoralidad de sus propios ciudadanos para convertirlos en carne de cañón. Esta acumulación de paradojas, tan típicamente americanas, hace que uno se replantee seriamente si este es un modelo social tan válido como intentan hacernos creer.

Curiosamente, ninguna de las biografías épicas, películas o documentales tienen como ambientación la guerra de Vietnam, el golfo Pérsico o Afganistán. No hay interés comercial alguno en ninguno de esos sonados fracasos militares de un ejército que lleva desde 1945 sin poder afirmar, con el pecho henchido por el orgullo, que gracias a su intervención ha salvado al mundo de sus propios desmanes.

Mientras la memoria de la tan manida Segunda Guerra Mundial pierde paulatinamente a sus testigos, ya todos venerables ancianos, el aparato mediático se apropia de esa memoria para convertirla en un discurso mitificador que alienta a la juventud del mismo modo que los libros de caballerías enloquecían a don Quijote. Los niños americanos juegan con los Gijoe’s cuando apenas levantan un palmo del suelo, viven las aventuras de sus abuelos en su Playstation y comen palomitas en Normandía antes de dejar sus institutos a la mitad para embarcarse en una empresa de patriotismo barato en una supuesta defensa de la libertad y la democracia.

El gobierno americano seguirá ocultando las fotografías de esos mismos jóvenes, que meses más tarde regresan a sus casas envueltos en toda la gloria de las barras y estrellas sobre sus ataúdes de pino. Pero nadie se altera. A las siguientes generaciones les seguirán bombardeando con toda su parafernalia mediático-militarista, para seguir engrosando las listas de un ejército destinado a dar rienda suelta a los desmanes de sus dirigentes.

Y así pasan los años, y nada cambia, y nadie parece recordar que desde hace más de medio siglo este país vive encerrado en una dinámica peligrosísima de desmemoria colectiva, manipulación informativa y constante supresión de derechos del individuo, en aras de aquellos ideales podridos de los padres de la patria: libertad, respeto y tolerancia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y parece que en Europa nos gusta cada vez m\'as este modelo. Nos vamos acercando peligrosamente m\'as a este encantador pa\'is, pero de una manera lenta, decadente. As\'i, los cambios, siendo sutiles, no se perciben tanto. Y en cuanto a operaciones militares se refiere, esperemos a ver qu\'e es lo que ocurre con Ir\'an, qu\'e es lo que ocurre con la tendencia actual de Europa en pol\'itica exterior, en la que Monsieur Nicolas Sarkozy y Frau Angela Merkel llevan la voz cantante.