domingo, 30 de septiembre de 2007







Dar clase es como montar en una montaña rusa o, a la manera forrest-gumpiana, una caja de bombones, porque nunca sabes qué te va a tocar. En mi caso, me ha tocado un poco de todo: tengo asiáticos, americanos caucásicos, afroamericanos, indios, senegaleses, algún sudamericano perdido…

Curioso, lo de estos “hablantes de lengua heredada”. Son hijos de inmigrantes mexicanos, chilenos o argentinos, por ejemplo, cuyos padres decidieron no enseñar español a sus hijos en la creencia de que el inglés les abriría más puertas en el mundo laboral y social.

No sólo no ha sido así, sino que estos latinos o hispanos, como se les conoce aquí, simplemente por el hecho de serlo ya tienen muchas puertas cerradas. En el fondo, da lo mismo hablen la lengua de Shakespeare igual o mejor que aquellos que les contratan. Es el color de su piel, sus orígenes, su etnia, lo que define la escala social que van a ocupar.

Curiosamente, muchos de ellos deciden aprender español cuando llegan a los dieciocho años. Y entonces descubren que, para su sorpresa, y pese a no haberlo practicado jamás, el hecho de haberlo escuchado de pequeños en casa, ocasionalmente, sumado al interés que siempre tenemos por nuestros propios orígenes, hace que estos hablantes de español tengan una facilidad sorprendente para adquirir esta lengua. Nunca será su lengua nativa, como lo es para sus padres, pero su nivel de español puede alcanzar cotas más que dignas.

Junto a estos tenemos a los ya clásicos que tienen “las problemas” con el “idioma española”. Y con todos hay que lidiar, claro. No queda otra.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hi amigo! mucho gusto de su weblog. mio tambien aprende espaniol recently: viva honduras! torito brava! camorones! andele! pinche guey!

...

Bueno, te deseo lo mejor en esta nueva andadura y espero ansioso nuevos relatos de tus andanzas.
¡Fuerte abrazo!

Anónimo dijo...

Me alegro de leerte, a ver si lo actualizas a menudo aunque sea para poner algo muy corto. Tú informa de tus andaduras por allá.

Un abrazo muy fuerte